sábado, 30 de agosto de 2008

"Hasta Siempre Amigo del Alma"

Se pierde el palio en la profundidad de la calle San Vicente confundido entre naranjos cubiertos de azahar. Los penetrantes silencios de Sevilla atraviesan las entrañas heridas de la Ciudad ante la imperturbable mirada de hijos anónimos ataviados con túnicas de negro y esparto. En el horizonte de la excelencia romántica, testigo de la imborrable huella de nuestros antepasados, se atisba una intensa luz que nos devuelve a la añoranza perdida en el tiempo y en el espacio. En el ambiente puede palparse el duelo de las almas dormidas de Sevilla que despiertan un año más a la llamada de la nostalgia. Ilusión y realidad caminan juntas y frente a frente como parejas de nazarenos perfectamente alineadas por diligente diputado de tramo. El Universo se detiene ante tanta belleza concentrada en las formas perfectas de la Virgen del Dolor inconsolable que camina bajo un señorial palio de crestería. El negro cielo de Sevilla, el incomparable lienzo de San Vicente y la Virgen de los Dolores funden sus almas en una sola, el tiempo se detiene, los corazones aumentan su latido vital y la Ciudad eterna que nunca muere porque pervive en la justa memoria de su Historia retrocede varios siglos en el almanaque de su tiempo.

Junto a la Madre Dolorosa camina un hombre bueno de Sevilla acariciando la manigueta delantera izquierda de su palio y a su derecha su hermano del alma. La sabiduría de tantas noches de Lunes Santo percibiendo inigualables sensaciones han permitido a este enorme cofrade de Sevilla descubrir cada detalle en el andar del palio de su Madre, adivinar el leve desfallecimiento de parte de la cuadrilla de sus costaleros y momentos después la gran fuerza de los corazones que vuelven a llevar a la Virgen como se merece. Adivina cada marcha que sonará en cada lugar del itinerario como música celestial interpretada por los músicos de Tejera y en fin para él no existe el mínimo secreto. La nostalgia, la memoria y el recuerdo de tantas estaciones de penitencia compartidas en la noche del Lunes Santo han estado muy presentes a lo largo del recorrido. La complicidad de sus corazones no necesita de una sola mirada para avivar el fuego del cariño. La Virgen que mira al Cielo vuelve a su Templo y con ella sus dos hijos terminan por revivir un nuevo sueño. Todo era igual aquella fría noche y todo era distinto. Era una noche más de Lunes Santo, una noche como otras tantas. Aunque aquella noche era distinta y Ella sabía demasiado bien el motivo. Uno de los hermanos que cada año y fiel a la cita paseó por Sevilla abrazado a su parihuela acababa de completar la última Estación de Penitencia con su Hermandad de las Penas de San Vicente.

Los Arcángeles de Cristo tenían un mensaje para ti querido amigo. Jesús de las Penas y la Virgen de los Dolores querían tenerte muy cerca y no sólo en aquella noche señalada en el exacto calendario de nuestra Ciudad. Te llamaron para compartir la Gloria del Cielo por todos los Siglos. Querido amigo y maestro has cerrado los ojos a la vida terrestre para vivir la eternidad de la vida Celeste. La sabiduría de Dios ha vuelto a sorprendernos al elegir al mejor de los nuestros. El abrazo de Lunes Santo se hará eterno junto a la Virgen de tus sueños y Jesús de las Penas te hará disfrutar de la Estación de Penitencia Definitiva compartiendo cofradía con tantos hombres buenos que hicieron de su vida paradigma de entrega, amor y generosidad.

Una inesperada enfermedad se cruzó en tu camino y como tu Cristo de las Penas, caído pero no vencido, lograste sobreponerte. Fuimos testigos de tu curación con alegría y con la admiración por esa entereza que no dejó de sorprendernos a lo largo de tus días. Tristemente y cuando empezabas a disfrutar plenamente de todas tus cosas y de iniciar un nuevo camino de sueños generosamente compartidos la muerte te sorprendió de forma traicionera, sin permitirte siquiera la posibilidad de luchar lo más mínimo contra ella. Como el Río que baña de costado a costado el alma de nuestra Sevilla tu vida acabó desembocando en tu otra patria, en tu patria chica, en tu querida Sanlúcar de Barrameda.

Con mucho dolor te hemos acompañado en tu último paseo por Sevilla. Nos queda un vacío enorme que jamás podremos llenar. Sabes bien querido amigo, permíteme mejor que te llame hermano, padre o maestro que nunca te olvidaremos. Todo nos recuerda a ti. En estos momentos de tristeza difícilmente podemos encontrar palabras para expresar tanto agradecimiento por todo lo que has hecho por nosotros y más complicado nos resulta transmitir la mucha pena que nos embarga por tu inesperada ausencia. Has sido un ejemplo para todos nosotros, tú como nadie has conseguido que todos estemos unidos y que ningún motivo por muy significante que nos pudiese parecer haya servido para distanciarnos. Querido amigo del alma si hoy día podemos presumir de haber conformado esta otra gran familia ha sido por haber encontrado en ti el padre perfecto, el amigo inquebrantable, el hermano que nos acompaña en los momentos difíciles y en fin el espejo en el que todos debemos mirarnos. Eres nuestra alma y no dudes que continuarás siéndolo. Desde hoy pondremos todo nuestro empeño en seguir tu estela, aunque difícilmente lo conseguiremos.

Hace pocos días me acerque a Santa Rosalía para visitar al Señor de Sevilla. Le recé tres Padrenuestros: el primero por el descanso eterno de tu alma, en el segundo le pedí porque fortalezca a los tuyos en el duro camino de sus vidas sin tu presencia y en un tercero para agradecerle con todo mi corazón el haberme regalado tu incondicional amistad. En la mirada del Señor he comprendido que ya te encuentras junto a Él, no tenía dudas de que sería de este modo, aunque me agradaba adivinarlo en la profundidad de su penetrante mirada. Como dice mi pequeña niña, estarás dormidito en el Cielo junto al Señor, de ese modo también lo entiendo yo, en otro caso no encontraría en este mundo consuelo que pudiese aliviar el mucho dolor que siento por haberte perdido para el resto.
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Hasta siempre amigo del alma. Que Dios te bendiga y encuentres en Él descanso eterno.









In Memoriam Luis Javier Fernández-Palacios

8 comentarios:

el aguaó dijo...

He llegado de mi descanso estival, y he entrado en tu casa, como siempre hago cuando navego por los blogs.

Hoy en tu casa he encontrado la despedida de un amigo. El homenaje a un ser querido. El orgullo de una amistad.

Mi más sentido pésame amigo Jordi. Esta hermosa entrada-homenaje te honra.

Un fuerte abrazo.

El Caliz de la Canina dijo...

Mi más sentido pesame querido Jordi.

Buena música para despedir a un amigo querido.

Un saludo canino.

La Canina seguirá cavilando .....

Reyes dijo...

Que homenaje más bonito.
Seguro que estará orgulloso de haber sido amigo tuyo.
Un beso.
Y lo siento muchísimo, de corazón.

Anónimo dijo...

Vuelvo a visitarte tras mis vacaciones para emocionarme ante este canto póstumo a tu amigo.

Un abrazo.

El Caliz de la Canina dijo...

Triduo en San Gregorio.No faltes


Un abrazo canino.

radioblogueros dijo...

ESTIMADO JORDI:

Ante todo, muchas gracias por lo comentarios que dejas en la radio de los blogueros. Para nosotros es una ilusión poder leeros cada día. Tenemos gran interés en que participes en el programa. Si te apetece, puedes ponerte en contacto con nosotros a través de la dirección tepuig@hotmail.com o el teléfono 954 460 546. Un saludo y, de nuevo, gracias.

Híspalis dijo...

Felicidades por esta entrada. Precioso homenaje. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

nunca había leído algo dedicado a alguien que dijera tanto de él, precioso homenaje