sábado, 26 de enero de 2008

RECORDANDO LA PROCESIÓN DE CORPUS DE 2007

Tras una interminable comitiva de oscuros trajes y en el horizonte de la Avenida se divisa entre destellos de luces e incienso la portentosa Catedral Eucarística labrada en plata por el insigne maestro universal Enrique de Arfe. Se hace el silencio entre los fieles sobrecogidos ante la inminente llegada del Santísimo, que un año más hace revivir en las calles de Sevilla la bula pontificia "Transiturus de hoc mundum". De los cimientos mismos de la Santa y Milenaria Catedral Hispalense y como voces tenebrosas que parten de ultratumba se escuchan lamentos de frailes que desde hace siglos duermen el sueño eterno de los justos bajo el suelo catedralicio, almas puras de hombres que entregaron su vida por Dios misericordioso y por sus hermanos terrenales pecadores. La procesión se detiene; sus partícipes y el numeroso público congregado a su alrededor se estremecen horrorizados, temerosos de Dios y del misterio de voces que nacen de la faz de la tierra como lamentos en noche de tinieblas de Guerreros Templarios en Monte de Ánimas. Un grito irrumpe en la silenciosa y radiante mañana del Corpus de Sevilla "Catenariam horribilis aspectus habent" "dominus et christianorum tormentum sunt".

1 comentario:

el aguaó dijo...

Y mi pregunta es ¿se quitarán alguna vez?