jueves, 1 de enero de 2009

El Principio y el Fin

Fiel a una tradición de mas de 20 años vuelvo a iniciar un nuevo año a sones de “Amarguras” en recuerdo de tantos cofrades de Sevilla que durmieron en la paz del Señor. Sin la memoria agradecida por tantos buenos hombres que dieron lo mejor que llevaban dentro, nuestra Semana Santa no sería tan especial para todos nosotros.

Lágrimas de pentagrama derramadas sobre un mar de ilusiones compartidas y de sueños realizados. Nuestros seres queridos no morirán mientras estemos nosotros para recordarlos. Ellos son nuestros ángeles custodios en la infinidad del Cielo. Una vez cumplido su cometido en nuestra amada Ciudad han iniciado la larga chicotá en la Cofradía de la Gloria. Acabamos un año de contrastes, muchas de nuestras ilusiones se vieron realizadas y otras tantas se perdieron en el camino.

Fueron muchos los encuentros y los desencuentros, pero nuestro Dios nunca nos abandonó, su amor estuvo presente en cada lugar y en cada momento. A penas acariciamos con nuestras manos la primera cuenta del rosario de un nuevo año, sentimos el primer pellizco junto al Señor de Sevilla que nos espera en la Basílica más cercano que nunca. El Dios Poderoso bajará de su Altar para pisar el suelo de su Santa Morada. Un nuevo año tendremos la oportunidad de acercarnos al rostro de Dios, a sentir su latido muy próximo a nuestros corazones.

Hace pocos días besamos la mano de su Madre Expectante y muy pronto será el Gran Poder quien nos tienda las dulces manos de su Amargura. Con el Señor de Sevilla se abrirán las puertas hacia un camino que inexorablemente, y antes de que nos demos cuenta, nos llevará al júbilo de un nuevo Domingo de Ramos.


La Sevilla de los hermosos contrastes nos llevará a sentir muy de cerca la Pasión de Cristo poco antes de que Tres Reyes Magos ofrezcan al Niño Jesús, oro, incienso y mirra como símbolos de la Realeza, Divinidad y Humanidad de Cristo nuestro Redentor. Sevilla no cambiará el paso y esos niños que disfrutarán en las vísperas de Reyes con la Cabalgata serán los mismos que el Domingo de Ramos portarán sobre sus manos las palmas que precederán al Misterio de la Sagrada Entrada en Jerusalén.

El Señor es el primer peldaño, subiremos poco a poco las escaleras, hasta llegar al último escalón, donde nos esperará victorioso en su Resurrección. Doce campanas sonaron esta noche por un año que se marchó y será el sonido de las campanas de la Basílica las que anuncien a una repleta Plaza que Dios pisará las calles de Sevilla.


Paz, amor y bien queridos hermanos míos.