miércoles, 6 de marzo de 2013

ANHELADA MADRUGADA

                                       
                                                ANHELADA MADRUGADA

Adormece tu mirada bajo la brisa templada de la solemne Madrugada. Navega tu palio sobre espumas de viejo Guadalquivir y Triana eleva voz alzada el precioso nombre que traspira su alma. La silueta de la Señora de la Pureza contornea el faro Altozano para rubricar su presencia allende de los confines del Barrio. El suave canto reposado de una añeja saeta aviva corazones que murmuran amarrados al latido atravesado por siete puñales. El ensoñador Parasceve, reminiscencia de huellas del pasado, nos devuelve a la portentosa estampa inmortalizada en los templetes blanquecinos de la Cava.

Duerme el dolor profundo fundido en la belleza fresca de su dulce mirada, fundidos corazón y alma en un mismo tenor de amor y sueño. Sinfonía de compases y reflejos, entre verdes terciopelos y nacaradas capas aireadas. El cristalino rocío amanecer empañará los opacos cristales de la noche y la alargada sombra del alba reposará sus alas sobre las copas de la melancolía. La vida se acotará a cada palmo avanzado después de atravesar la cal serena del Postigo.

Volverá la Esperanza a cruzar el puente que llega hasta el Cielo del arrabal trianero, llorarán sus hijos envueltos en emociones y su luz resplandecerá en la azulada mañana. Esos ojos bonitos que alumbran nuestras vidas, brillarán más que el Sol apostado sobre la espadaña de San Jacinto. Una voz rota quebrará el silencio sobrevenido. No quedarán más lágrimas por derramar que las cristalinas caricias que resbalan sobre sus morenas mejillas. Esperará Señá Santa Ana tras una noche en vela, para plasmar besos sobre los cansados perfiles que elevan nuestras plegarias a la misma Gloria.