viernes, 3 de abril de 2009

Junto a la Esperanza


Querido amigo, tu sonrisa se apagó para siempre, tu recuerdo acaba de nacer en nuestros corazones.
Muy pronto tu Virgen Morena te abrirá de par las puertas de ese rincón de Cielo, que también llaman Triana.
Difícilmente tus amigos vamos a superar este amargo trago que nos toca beber justo cuando estábamos a punto de alcanzar el más hermoso sueño de cada primavera.
Al Cielo llega un costalero del Cristo de las Tres Caídas, uno de sus nazarenos y sobre todo un gran corazón trianero.
El amigo que mejor supo aliviar nuestras penas y arrancar nuestras sonrisas, nos deja asumidos en la más profunda tristeza e invadiendo nuestros ojos de un interminable océano de lágrimas derramadas.
Al igual que tu Cristo de las Tres Caídas, fuiste ejemplo de amor y de generosidad. Cargaste con el duro peso de la Cruz con entereza y siempre mirando hacia el frente.
Tu Divino Cirineo fue el mejor compañero en tu camino de amarguras.
Lo mucho que te quedaba por vivir, lo vivirás junto a tu Rey de Triana. Tu Cristo con templanza llamó al martillo para que te unieses a su cuadrilla de costaleros.
A punto estás querido amigo de iniciar tu última chicotá desde la Catedral de Triana que te llevará a alcanzar el anhelo soñado por todo trianero.
Te espera la Esperanza. La compañera inseparable de tus sueños, será toda una realidad que podrás hasta acariciar con tus manos.
Sueña amigo, sueña con tu Virgen del alma y en tu despertar verás que no es un sueño porque ya estarás con ELLA.
Te queremos amigo y tú bien lo sabes. Nuestra pena por perderte, es la alegría de los que arriba te esperan para abrazarte.
Fernando, ya te la está vistiendo, para que la veas más guapa que nunca ¡que ganitas tenía la Señora de tenerte a su vera!
Dos ríos tiene Sevilla, uno, que desde siglos, la cruza de costada a costado atravesando su alma y otro que hoy mismo nació en Triana, sus aguas son nuestras lágrimas y su desembocadura no está en el mar, está en el Cielo y en ese rinconcito que también llaman Triana.
A mi amigo Íñigo Sopeña y a su desconsolada familia.