martes, 13 de marzo de 2012

ALTOZANO: ESPÉRAME DESPIERTO


          ALTOZANO: ESPÉRAME DESPIERTO
Espérame despierto Altozano, mi viejo compañero, que este año llegaré descalzo para caminar por tu vereda. Llévame hasta Sevilla como tantas pasadas ensoñadoras madrugadas. Hazme sentir el latir acompasado de los corazones que claman al otro lado del Río. Pronto llenaremos ese gran vacío que te hizo llorar el último plenilunio de la añeja primavera. La Luna que besa tus cabellos en esta hermosa noche sevillana me invita a soñar contigo y a sentir los palpables escalofríos que pueblan mi alma cuando al son de las cornetas cruzo tu semblante marinero.
Entre mis manos adormecen dos niñas nazarenas que serán mi sombra cuando al fin alcance a pisar tus alfombrados adoquines que llevan a la Gloria. Es impagable ese fugaz anual encuentro con la única luz de tus candiles y esos perfiles que se recrean bajo un cielo teñido por oscuras acuarelas. Sobre el Guadalquivir adormecen estampas imborrables en la memoria de un Barrio que nace en las orillas que besan tu peana. Tres Caídas desde Pureza gritarán a Sevilla: “abre tus puertas Altozano que entre plegarias y celestiales melodías alcanzará el zaguán de tu mirada nuestra Virgen alfarera”.
Espérame despierto Altozano, hermano centinela, que volveré a casa muy temprano. La Cruz de Guía avanzará, surcando las entrañas del Puente y llevará a tu regazo el suspirado regreso de tu amada cofradía. El repicar de entusiastas campanas anunciará a Triana que pronto sus oídos percibirán el más sublime pregón destilado sobre el excelso atril de una canastilla. Los labios de mi Dios proclamarán la lírica más hiriente en la cercanía de la muerte preconizada en las astilladas caricias del madero y serán esos versos proclamados en el dulzor que aflora de una mirada quienes cicatricen las más abiertas heridas. Centurión a caballo abre el paso al compás en la proa y cirineo marca los redobles de tambores en la popa.
Abiertos balconcitos del Cielo, donde moran nuestros abuelos, en los añiles firmamentos, proclaman que bajo sus miradas, existe una misma Gloria a la que llaman Triana. Pasará la Esperanza al crepúsculo de la mañana, latirán los acelerados corazones al tenor de la más inalcanzable belleza y las almas se elevarán en rebosante admiración para quedar prendidas en los luceros de su cara.

¡Como atrapan esas redes soberanas en este mar de dulces lágrimas que como regueros conforman arroyos de fervor a uno y otro lado de las calles empedradas!. Volverás a ser, querido Altozano, maestro ceramista y alfarero que moldeará con sus manos, y de las arcillas, ese Barrio que a honor llamó un excelente pregonero “corazón de Sevilla”. No eres un sueño inalcanzable, eres tan real, como el anhelado Parasceve que entronizará tu sien al trasluz de las más espléndidas percepciones.
Tres semanas nos separan para desterrar de nuestras entrañas las profundas espinas que se nos clavaron en lo más hondo la pasada Madrugá. Tres semanas para abrazarte, como Tres Caídas hacen llorar a la vieja Cava y tres las veces que el Mudo de Santa Ana, llamará guapa a su Esperanza de Triana.