miércoles, 11 de enero de 2012

MÚSICO ETERNO DE SEVILLA


A LA MEMORIA DE CARLOS ORTIZ BAUTISTA: MÚSICO ETERNO DE SEVILLA.


No pares, querido músico de Sevilla, de hacer tañer tu tambor. Hoy el Cielo es más Cielo y tu Virgen del Sol reluce como nunca en su trono celeste. El eco de la estremecedora marcha “Santa Marta” que sonó en honor a Esteban, gran corneta de Sevilla y de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Sra. del Sol, resuena en nuestros corazones como imborrable reminiscencia de quien se entregó en cuerpo y alma, junto a sus compañeros, a la noble causa de la música procesional. Desposeídos de los cascos, envueltos en lágrimas y buscando en el azulado firmamento el sonido de una silenciosa corneta, despuntaban el más sentido homenaje a quien seguirá siendo parte de esta hermosa historia de amor a la mariana Ciudad de Sevilla.

Sin tiempo para encontrar suficiente consuelo por tan sentida ausencia y en los albores de un nuevo año bañado de sueños e ilusiones, nuestra querida formación musical, despide a otro de sus componentes. Carlos sigue el camino de Esteban hacia esa Sevilla que todos anhelamos alcanzar cuando el Divino Mentor de nuestra existencia nos llame a ocupar nuestro lugar en la eterna cofradía de la Gloria. Sonidos de Sol suenan en la inmortal Plaza tras el Cristo Varón de Dolores. Un único tambor y una sola corneta hacen de la música la más sutil plegaria. Avanza la Señora bañada de Sol envuelta en un manto de verde esperanza y bajo un palio de estrellas. Dichosamente queridos hermanos, habéis alcanzado el gozo que en la otra orilla nos espera.

Sabemos que no te has marchado, simplemente cambiaste de calle. Lloran tus hermanos músicos del Plantinar porque ya jamás volverán a verte desfilar. No acaban para nosotros los sonidos que brotaban de tu corazón y germinaban en tus manos a redoble de tambor. Quiero verte asomar al balcón de la Gloria el próximo Domingo de Ramos, y como siempre, descender esa rampa que llama a los sevillanos a soñar. Porque querido hermano de raíces y sentimientos, tú eres parte de ese sueño. El eco de tu huella retumbará en nuestros oídos en el estremecer de los tambores que preconizan el más ensalzado clasicismo sevillano.

Sabemos que no te has marchado, simplemente cambiaste de calle. Tu vida sigue en un lugar muy cercano a tu Sevilla del alma. Duermes entre nubes de incienso, ansioso por despertar a una nueva Cuaresma. El azahar naciente de marzo llamará como siempre a tu noble corazón y las puertas de tu casa se abrirán a la ilusión y a la esperanza que todo lo alcanza. No quiero buscar a sevillanos ilustres en los atriles más sonados, ni en la leyenda escrita con letras de bronce, quiero encontrarlos cada día a la intemperie, dejando sus manos sobre los cueros, percutiendo con palilleras o haciendo poesía del desgarrador son de una corneta.

Sabemos que no te has marchado, simplemente cambiaste de calle. Volveremos a verte con esa sonrisa perenne que se dibujaba en tu cara cuando a gala llevabas el uniforme de la Banda de tu Cristo Varón de Dolores. Tu Hermandad obró el milagro en Sábado de destemplanzas y plúmbeos presagios para al fin alcanzar el goce catedralicio la pasada Semana Santa. Ahora te toca a ti, hermano cofrade, mostrarnos el camino que lleva a esa otra Semana Santa, la que lejos de morir en siete días, se eterniza en las soleadas callejuelas del Cielo.


Fotografía: Blog Sol y Costal
Texto: Jordi de Triana