sábado, 6 de febrero de 2010

A LA MEMORIA DE JOSÉ SÁNCHEZ DUBÉ


En nuestras hermandades y cofradías "casi todos" somos prescindibles. Todos pasamos de largo, mientras nuestros Amantísimos Titulares permanecen.

Cuando digo "casi todos" por supuesto que lo hago pensando en las merecidas excepciones que encontramos en las buenas personas como nuestro querido José Sánchez Dubé. Sería inimaginable hablar de nuestra querida Hermandad dejando de lado la vida y obra de quienes con su esfuerzo dotaron de realidad el más hermoso sueño.

Despierto esta mañana con gran ilusión. Por primera vez voy a llevar a mi pequeña Myriam junto a la VIRGEN DE LA ESTRELLA.

Tristemente recibo la noticia del fallecimiento del mayor referente humano que desde niño encontré en las hermandades y cofradías de Sevilla en general y en mi Hermandad en particular.
Estos días he recordado con cariño, admiración y respeto a una persona que marcó enormemente el devenir de mi días como cofrade. De él aprendí que la Hermandad es un instrumento de amor y el mejor medio para llegar a DIOS. Durante toda su ejemplar vida sirvió a nuestra Semana Santa y en ningún momento se sirvió de ella.

Desde muy temprana edad comenzó a recoger los frutos de la mejor siembra. Encontró en los pequeños detalles las más gratificantes vivencias. Fue un hermano mayor modélico, recibió la medalla de la Hermandad en justicia y exaltó a la Semana Santa de Sevilla desde el prisma inigualable del sentimiento y ese trasfondo necesario de la religiosidad y compromiso con DIOS y nuestros hermanos.

Durante años nuestra VIRGEN DE LA ESTRELLA, lucero y guía, paseó la Luz de su desbordante belleza por las calles de Sevilla. Vestía un azul manto liso, un manto sencillo que no necesitaba de alardes ni hilos de oro.

Cada día ese manto era bordado por el amor de un Barrio y por la bondad de los mejores de sus hijos.

En el escudo de nuestra Hermandad, en las paredes de nuestra Capilla, en el dolor de nuestra Virgen y en la mirada de nuestro Señor de las Penas rezará para siempre el nombre del más generoso de nuestros hermanos.

Quien mejor supo ejemplarizar en vida el mensaje de nuestro DIOS que pide clemencia al Cielo “Si es posible, aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”, se marcha para recibir la mejor recompensa: vivir la eternidad de Dios y dormir en los brazos de su ESTRELLA DE TRIANA.

Recuerdo aquellas hermosas palabras de nuestro hermano José en el Pregón de 1970 y que pude escuchar en el programa radiofónico “SAETA”. Unas palabras que me llegaron al alma. Como nuestro hermano percibo ese nudo en el pecho que borra de mi pensamiento toda palabra cuando trato de exaltar los valores y la belleza sin igual de mi VIRGEN DE LA ESTRELLA.

Querido hermano y maestro, no atino a encontrar las palabras justas que hagan fe a todo lo bueno que nos enseñaste. Tu vida queda como el mejor legado de amor.

Cada mañana de Lunes Santo un manantial de lágrimas invadía mi cara de niño cuando miraba a la Capilla y entre sus puertas descubría la cera consumida de la candelería del palio de la Dueña de mi corazón. Sentía que todo se acababa y que tendría que esperar todo un año para volver a escuchar la banda sonora de mi vida "Estrella Sublime", aliviando el llanto de la Reina de la Calle San Jacinto.

Tu ausencia dejará un vacío que únicamente podremos llenar con tu recuerdo. Este Domingo de Ramos será distinto para los hermanos de la Estrella.

Con la marcha reciente de nuestro Capiller y de nuestro hermano José Sánchez Dubé se cierra una hermosa etapa en la Historia de nuestra Hermandad. Con nuestro esfuerzo debemos dar continuidad a la abnegada labor de quienes nos hicieron partícipes de la más hermosa herencia de amor a DIOS y su MADRE.

Hace pocos días tu VIRGEN DE LA ESTRELLA pasó a verte al Hospital, su infinito amor la llevó a lanzar un penúltimo beso a su hijo José antes de retomar el camino a su Morada de Triana. Desde esta noche no necesitarás que la Luz de tu vida acuda a ti para alumbrar la oscuridad de tus dolencias. Estarás tan próximo a Ella que nada más necesitarás en este Mundo.

El CIELO de Triana se ha vestido de luto, lloran las campanas de Santa Ana y la VIRGEN DE LA ESTRELLA mira a los ojos de su Hijo de la Penas que reza al Padre. En el horizonte de San Jacinto resuenan lejanos sones de Domingo de Ramos acallados por lágrimas de “amarguras”. Te espera el Puente para llevarte a Sevilla, Estrella de mi vida, volverán Tu luz y Tu derroche de virtudes. Dormido en tu regazo irá un hombre bueno de Triana que vivió por y para la dulce ESTRELLA que en el más hermoso lugar del Mundo brilla.

Descansa en paz querido José y qué DIOS te premie por todo el bien que generosamente hiciste durante tu vida.

1 comentario:

sevillana dijo...

Un buen hombre que ya reposa al lado de Ella.
Descansa en la paz del Señor y de su Bendita Madre