miércoles, 3 de junio de 2009

A LA MEMORIA DEL MAESTRO CARLOS SCHLATTER


Muy vivos los ecos de un domingo grande para Triana y para Sevilla junto a la Esperanza, asistimos con enorme tristeza al fallecimiento de un gran cofrade.
El maestro Carlos Schlatter nos abandona para vivir la merecida Gloria junto al gran protagonista de su cristiana vida.
Con D. Carlos se marchan parte de los sueños de muchos cofrades que crecimos enamorados de esa manera tan especial de pregonar la Semana Grande de Sevilla.
El encanto de la radio alcanzó su punto álgido en la voz de grandes cofrades que hicieron del buen gusto razón de vida.
El programa “SAETA” nació de las entrañas de la desaparecida RADIO VIDA y con el paso de los años llegó a convertirse en un canto a la Semana Santa eterna y duradera, a la Semana Santa del sentimiento y de la pasión, a la Semana Santa que es fiel a sus raíces, a la Semana Santa profunda y misteriosa.
Cinco voces daban vida a “SAETA”, programa decano de la radio cofrade sevillana. Un gran equipo, capitaneado por Carlos Schlatter y que contaba con la estelar participación de José Manuel del Castillo, Chano Amador, Aquilino Duque y Manolo Toro. Cada semana nos acercaban a la actualidad de nuestras hermandades y cofradías, recuperaba viejos pasajes de una historia de siglos y nos hacía soñar con una Semana Santa que se acercaba paso a paso a nuestras vidas.
Una antiquísima saeta hacía de pórtico al Programa que alzaba su Cruz de desbordante amor por Sevilla y por su Fiesta por Excelencia. La voz tomaba protagonismo y nuestros hogares se transformaban en improvisada Carrera Oficial. SAETA nos transportaba a la Sevilla clásica, a la Sevilla de la justa medida y del buen gusto, a esa Sevilla inmutable al paso de los años.“SAETA”, sin lugar a dudas, ha sido, es y será el gran referente de la radio de temática cofrade y el más fiel espejo, donde no han dudado en mirarse grandes comunicadores y cofrades de nuestra Ciudad.
“SAETA”, guarda silencio desde hace años en el dial radiofónico. No obstante, esa radio sigue estando muy viva en las agradecidas ondas de nuestros corazones y una Saeta penetrante sigue traspasando nuestros recuerdos y añoranzas.
Silencio pueblo cristiano, acaba de marcharse uno de los nuestros, uno de esos sevillanos que con su esfuerzo y en la lejanía de todo protagonismo han dignificado el mundo de la comunicación y sobre todo nos ha mostrado su lado más humano.
La desaparición de "SAETA" resultó ser un duro golpe para los muchos cofrades que nos considerábamos parte del Programa.
Estoy seguro que D. Carlos seguirá hablando de cofradías en ese lugar que Dios reservó a los grandes amantes de nuestra Semana Santa.
Hace unas semanas y asumidos en la tristeza por la ausencia de un amigo común que se nos marchó muy pronto de nuestras vidas, pude recordar con Chano Amador los grandes momentos del Programa "SAETA". Siempre recuerdo con su hijo Sebas aquel inigualable texto de nuestro querido Padre Ramón Cue Romano dedicado a la Esperanza Macarena y a la niña triste y enferma de la calle de la Feria. Chano, como siempre, remató los versos del Padre Cue con su selecto e inigualable toque de ironía.
Los sonidos del inconfundible estilo de Policía Armada ponían punto y seguido en cada sección del Programa. Recuerdos de memorables pregones, añoranzas, pinceladas poéticas, esencias musicales, se dice.... y por supuesto cierto toque de ironía, conformaban esta inconmensurable sinfonía de sensaciones impregnadas de romanticismo.
Estoy en la certeza de que nuestro añorado Carlos Schlatter estará muy cerca del Gran Poder de Dios y mirando a los ojos de su Madre. En su vida fue pregonero de amor y de generosidad, en su marcha nos deja asumidos en la tristeza y en la vacía soledad de la voz profunda que se apagó para siempre.
Como los buenos hombres que amaron al Señor y que predicaron en vida con su ejemplo, en su muerte encontrará la paz prometida por el que TODO lo PUEDE, por el que alarga la zancanda de desbordante AMOR en los surcos de nuestros corazones y por el que nos espera en la otra orilla del MAR de nuestras vidas para premiarnos con el descanso eterno junto a Él.
En estos momentos de dolor me llegan a la memoria las palabras de un gran cofrade y pregonero de Sevilla, José Sánchez Dubé, cuando al pregonar a la Semana Santa de Sevilla exaltó a su Virgen de la Estrella. Ese mismo nudo en el pecho que le producía, al que llevase con acierto y bondad los destinos de mi Hermandad de la Calle San Jacinto al hablar de la Virgen de la Estrella, es el que puedo sentir en estos momentos por la marcha del maestro.
Descanse en paz querido cofrade de Sevilla y que Dios le bendiga.
Con todo mi cariño a quien bien nos enseñó a valorar la bendita herencia de siglos que toma vida cada primavera en la Ciudad elegida por Dios, a sus familiares, a sus amigos, a quienes participaron de su proyecto de radio cofrade y a quienes siguen manteniendo muy viva la luz de su recuerdo.

No muere la persona sino por el olvido, en el recuerdo permanece el amigo que se marchó de nuestro lado. Su memoria, querido y admirado maestro, permanecerá para siempre muy viva en nuestros corazones.